Hace algunos dias, el cuarto de la humana cambio, una tele llego a ocupar un sitio dentro de su pequeña caja de zapatos. Afortunadamente, no me obliga a ver telenovelas, puros programas existenciales se ha estado chutando. Y como yo soy pesimista, como Ciorán, pues tambien me ha empezado a gustar, eso que le llaman ver la tele.
El espíritu que cuida su esencia distinta está amenazado a cada paso por las cosas a las que rehúsa. Cuando la atención-el más grande de sus privilegios- le abandona, cede a las tentaciones de las que ha querido huir, o se hace presa de misterios impuros...E.M.C
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