Soy una gata de dos años, guantes blancos y ojos soleados. Me gusta dormir, comer croquetas de Eukanuba, criticar a los humanos y a otros gatos y sobre todo, me gusta leer a Ciorán, mi idolo humano. Alguna vez fui madre, pero la prole se me murio todita en un invierno y yo quedé grabemente herida. Desde entonces mi humana me quito esa responsabilidad supeditada a mis hormonas y aboga por que otros dueños hagan lo mismo.
Duermo en su cama, le doy el privilegio de que toque mi pelaje y se sumerga en sus locuras, locuras humanas que la llevan a tomarme fotos, a platicarme y a abrir este blog.